Acércate a descubrir, disfrutar y experimentar el universo de los mandalas.

martes, 9 de junio de 2009

Mandalas: Otra forma de Meditación


Se puede meditar con mandalas. Se puede meditar contemplando la salida del sol al amanecer. (¡Estas son dos de mis preferidas!) Se puede meditar también arreglando la casa, cuidando de los niños, parándose por unos momentos de vez en cuando, durante las tareas personales y particulares que cada quien desempeña, o sencillamente poniendo la atención plena en ellas, en cada instante. Se puede meditar en el hacer tanto como en el no-hacer.

¡Seguro que hay tantas formas de meditar como personas en el mundo y más!

La simple contemplación de un Mandala, tanto elegido voluntariamente como al azar, puede ayudarnos a entrar en ese peculiar estado de conciencia que llamamos “meditación”.

Para alguna gente meditar es fácil.

Pero no todos tenemos la misma capacidad de concentración.

Puede ser cuestión de disciplina.

Se nos ha enseñado hasta la saciedad la importancia de la disciplina, pero pese a ello, o quizás precisamente a causa de ello, algunos la repelemos y sentimos que nos repele.

Sin embargo, el tener a mano unos colores y unas copias de mandalas sí que nos puede resultar muy fácil y probablemente constituye un método eficaz que ayuda a “disciplinarse”.

No sólo a los rebeldes, indisciplinados y anárquicos, sinó a las personas en general, que pretendemos meditar, lo que más nos ayuda, llegado el momento y topada la dificultad, es tener un menú amplio, de modo que siempre hallemos el recurso apropiado, según el estado en que nos encontramos, para recuperarnos y recuperar nuestro centro: la conexión consciente con el Yo Interno y con el Universo, Nada, Uno y Todo a la vez…

A veces nos sucede que, cuanto más ansiamos relajarnos un poco o concentrarnos en algo, menos lo logramos. Son esos momentos en que, casi sin darnos cuenta, hemos llegado a un tope, un límite, al borde de...

Por alguna causa estamos sobrecargados. Lo ideal puede ser no llegar a ese punto. Pero, aún sabiéndolo, inevitablemente, tal y como está el mundo en la actualidad, a muchos, a veces, nos sucede.

Y ahí es donde los mandalas son una especie de “comodín”, casi una panacea, porque, a poco que hayamos jugado con ellos, ya nos responden. ¡Y de qué manera! ¡Es sorprendente!

No te lo creas, ¡prueba primero a experimentar por ti misma! Permítete descubrirlos, concédete un hueco para ello. ¡Te lo mereces!

1 comentario:

  1. hola, soy mery, me gustaria contactar contigo, para enviarte los mandalas que ago, porque me gustaria saber tu opinion, muchas gracias
    meritxell476@hotmail.com

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