Acércate a descubrir, disfrutar y experimentar el universo de los mandalas.

miércoles, 3 de abril de 2013

Cómo colorear un mandala


En mi propuesta de "trabajo" con los mandalas, solemos elegir los colores con los ojos cerrados.
     La mano que colorea va al corazón y la otra mano va sobre los colores y prueba a "sentir" eligiendo un color, aparentemente al azar...
     Este color lo elegimos con el inconsciente, con la intuición, sin que intervenga la mente. (Dejamos su protagonismo para otros menesteres).
     Pedimos a nuestra alma que guíe la mano y más en concreto el dedo "corazón" a tocar el color que más convenga en ese momento y sacarlo de entre los otros para cada porción del mandala.
     Una vez hemos rellenado una parte con el color así elegido, lo ponemos al otro lado y nos disponemos a elegir otro color diferente para la siguiente porción.
 
   Cuando ya hemos coloreado varias porciones vemos a un lado los colores ya utilizados y al otro los que están aún sin elegir. Se puede optar por volver a juntarlos o continuar tal como íbamos.

    Es importante seguir un orden, mejor terminar el mandala, pero si hemos de interrumpirnos nos permitiremos "terminar la vuelta". Con esto me refiero a que cada parte del mandala da -por así decir- una vuelta completa en torno al centro: no se puede dejar la vuelta a medias.
    
  Podemos empezar desde la parte más externa e ir avanzando hacia el centro del mandala. O bien podemos hacerlo a la inversa

   Trabajando en grupo suelo pedir que coloreemos desde fuera hacia el centro. Eso ayuda a mantenernos en estado meditativo de concentración y silencio interior.

     Pero si una persona da muestras de timidez o le cuesta comunicarse, entonces es más recomendable que empiece por el centro y avance hacia la parte externa del mandala. De ese modo se facilita el abrirse a la comunicación.

     A veces, al elegir los colores "al azar" nos"sale" el color negro y hay quien lo asocia a algo negativo. Sugiero ir más allá de la dualidad y renunciar a las viejas interpretaciones. 
     Aunque tradicionalmente en occidente represente el luto y la tristeza, en oriente en cambio representa la sabiduría, y también el invierno, el agua y el norte.
     Se puede relacionar con Saturno y Plutón y con los signos zodiacales de Acuario y Capricornio.
     Su aparición en el mandala puede indicar un momento de gestación, de entregarnos al vacío que precede a la creación, de mirar adentro, invitándonos a encontrar un tiempo para retirarnos en silencio y practicar la escucha interior.


In Memoriam

 Hoy quiero rendir homenaje a los seres queridos que emprenden el viaje "al otro lado del velo"...
El tránsito que llamamos "muerte" pone fin a una etapa de la existencia, pero es tan sólo la envoltura física más densa lo que llega a término.
      En el momento de la muerte emprendemos un viaje sagrado, el viaje del alma, que a su vez también pasa por otras etapas.
       En Amor y Luz deseo un buen vuelo para quienes están partiendo en este momento y envío mi cariño sincero como una brisa consoladora que pueda aliviar el humano dolor inevitable de los que se quedan...
       

      Once mariposas azules acompañan e impulsan el vuelo de quienes se van, dejando aquí su envoltura física.
       Nos invitan también a volar con el sentir del corazón para comprender que la muerte no es lo que parece, sino una profunda e intensa metamorfosis...

Comparto aquí y ahora algunos de mis mandalas, creados en momentos puntuales para honrar a personas recién fallecidas y aportar consuelo a sus familiares.
   
De este mandala tengo preparada la versión en dibujo para colorear.
Quienes así lo deseen lo pueden imprimir para uso personal

A continuación volveré a publicar una vieja reseña del método que suelo utilizar, cuando imparto talleres, para colorear los mandalas...